Hacia mucho que no veía caer el engranaje de la lluvia
De cómo la energía se transforma y se renueva
Al pasar entrando por la boca y seguir el remolino
De los intestinos que le dan vueltas.
Todo se hace polvo, y es el polvo lo primero que respiramos
Al nacer a las doce de la noche de esta realidad.
Donde ya no es día ni es noche,
No somos cuatro ni somos cinco.
Aquí donde sólo somos la tierra húmeda bajo el césped
Y la gravedad que nos lleva al centro de todo.
Sólo somos la compañía de la soledad bajo el manto de estelas
De la distancia que cabe entre nuestros dedos
Al tomarnos de la mano.
De cómo la energía se transforma y se renueva
Al pasar entrando por la boca y seguir el remolino
De los intestinos que le dan vueltas.
Todo se hace polvo, y es el polvo lo primero que respiramos
Al nacer a las doce de la noche de esta realidad.
Donde ya no es día ni es noche,
No somos cuatro ni somos cinco.
Aquí donde sólo somos la tierra húmeda bajo el césped
Y la gravedad que nos lleva al centro de todo.
Sólo somos la compañía de la soledad bajo el manto de estelas
De la distancia que cabe entre nuestros dedos
Al tomarnos de la mano.