No compares al
corazón con el mar
Solo por que late
como el ritmo de la marea
Sube al ímpetu de
un sentimiento
o se calma en la
noche templada.
No son las mismas
tormentas
Ni las mañanas
despejadas
Es el oleaje
besándose contra las rocas
De la tormenta que
revuelve su arena.
Es ese sonido
oceánico
Que nos habla de
la inmensidad de un horizonte
Y del casi
infinito espacio del latir en un corazón
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