Usted señorita, no tiene la fuerza
Ni la voluntad, ni la valentía
Para permanecer a mi lado.
Le falta la destreza
La madurez y la alegría
Para aguantar a este desdichado.
El cual no es capaz siquiera
De aguantarse a sí mismo.
No existe castigo más malo
Qué cualquiera tuviera
Qué pasar un solo anarquismo
De estar conmigo un intervalo.
Nadie merece compartir conmigo mi dolor
Ninguna mi desvelo, y mi llorar de sangre.
Yo le libero de mi vida, a su rojo cabello
Y su perfecta cadera, y a su blanco color.
usted, ni nadie merece sufrir mi desangre
Ni el dolor de mis huesos al crujir de mi cuello.
Lamento mucho el haberme enamorado,
Lo siento a un mas por perder sus labios rosas
Siento mas lo que le haya hecho sentir
El suspiro robado
Las ganas de vivir esas cosas
Que hacen de la compañía desistir.
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