No compares al
corazón con el mar
Por latir con el
ritmo de la marea
Sube al ímpetu de
un sentimiento
y se calma en la
noche templada.
No son las mismas
tormentas
No somos las
mismas nubes bajas
Ni las mañanas
despejadas
O las templadas
enmarañadas
Es el oleaje
besándose contra las rocas
De la llovizna que
revuelve su arena.
Es ese sonido
oceánico
Casi como un eco
dividido
Que nos habla de
la inmensidad de un horizonte
Y del infinito
espacio que queda
al desangrarse un
corazón.
1 comentario:
el trabajo de un poeta es comparar
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