Nunca te enamores
de una nube
Ni de su sombra,
ni de su tiempo
Nunca de su
lluvia, nunca de su sol.
Todas las nubes se
mecen al viento
Más ninguna permanece;
Ninguna se queda.
Las nubes mienten
Con lo suave y
callado de su vuelo
Que te reconforta
con su gracia
Ocultándote de la
majestuosidad del cielo
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