Mi martirio por las mañanas es no volver a caminar
El no poder doblar o estirar las rodillas.
No me importan las niñas tontas que no me supieron amar.
Mi martirio por las mañanas es ver que he perdido mi
brazo izquierdo
Y que ahora ya no tengo en donde poner un reloj.
He perdido el tiempo y no sé si eso sea un martirio o una
bendición.
Mi martirio por las mañanas es que ya no tengo más
poesías.
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