Puedo ver el cefiro dando vueltas dentro de mi habitación
Tiene forma y materia. Nadie más parece verlo.
Y me acaricia en círculos pero no pierde fuerza
Recorre todas las esquinas
No puedo explicar la fuerza del viento mientras gira
Mientras me toca, y no se debilita.
Es la muerte acariciándome en la soledad
De este habitad propio.
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