Vivimos buenas cosas lo acepto
El accidente extraordinario e inexplicable
Como esas cosas que yo quería hacer por ti
Por el embrujo que tenia de tú cadera
Cuando la vi pegada a tú cintura
Y era algo que jamás había visto.
Hice el decreto prohibido
Que casi me lleva al final del mundo
Donde los espíritus de la carretera flotan
Sobre las piedras que vibran y hablan.
Recuerdo ese camino de tierra,
Donde levantaba el polvo y ladridos de perro
Que me perseguían cuando iba enamorado
A encontrarte al otro lado del río,
O hasta arriba de una peña
O en la hoja de un árbol rojo
Sentada sobre el puro tronco ya seco
A veces en un sueño,
Otras tantas en un vicio que ya no existe más
Soy la luz de Dios en la que no creíste
Por la cual preferiste entrecerrar los parpados
Más tú no entendiste
Que eras la única persona que era capaz
De encontrar el ultimo brillo de mis ojos
Ese que ya no se veía más en mi arcaico reflejo.
--------------------
Este poema pertenece al blog que no volverás a ver jamás
No hay comentarios.:
Publicar un comentario