Yo soy el domo del popocatepetl
El octavo que se forma
De apariencia fría pero peligrosa
Me creen dormido cuando estoy soñando
Por el descanso de mi amada velando.
Nadie sabe lo que hay dentro y abajo
Más todos sospechan un rojo manto
Desprendere vapores letales en exhalación
Después de mi suspiro más profundo
Ya estoy a punto de despertar
Es el momento de reventar.
La hora de volver a hacer erupción.
Esa es mi foto favorita
Y ni siquiera te habías dado cuenta
El momento más alto
Al que tú llamaste
La cumbre del éxito
La cual yo admiro
Y deseo escalar
O llegar al menos a sostenerme
A unos milímetros de tus labios
Por donde baja el aire caliente
Que te roba la energía
Y una vez que leas esto,
No volverás a verlo
Hasta que susurres en mi oído
El tono suave
Que me hace tanto bien.
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Nubec1ta
Nubec2ta
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Mi martirio por las mañanas es no volver a caminar
El no poder doblar o estirar las rodillas.
No me importan las niñas tontas que no me supieron amar.
Mi martirio por las mañanas es ver que he perdido mi
brazo izquierdo
Y que ahora ya no tengo en donde poner un reloj.
He perdido el tiempo y no sé si eso sea un martirio o una
bendición.
Mi martirio por las mañanas es que ya no tengo más
poesías.
Entre más viejos nos hacemos más especiales nos volvemos
Y con esto me refiero a más payasos, más sangrones.
Y tu; que no te das cuenta de lo difícil que es encontrar
un amor
De lo difícil que es confiar el corazón
A las manos de alguien que podría soltarlo y dejarlo caer
Sin importarle nuestro dolor o sufrimiento.
La vida es un riesgo al que todos estamos obligados a
tomar.
A esta edad ya no nos conformamos con cualquier cosa
Más bien con cualquier persona.
Ya no nos bebemos cualquier trago
Las rodillas ya no bailan igual.
A esta edad valoramos más un buen abrazo,
Y huimos al desvelo de una simple noche de pasión.
Por la boca muere el pez
Y por los ojos entra el amor
Y mira entonces que bella te ves
A mis ojos y mis gustos.
¿Qué te ha pasado que te has puesto tan distinta?
¡Indistinta e indispuesta para mí!
Para mis gustos y de deseos
“Es correcto, ahora te deseo”
Y me da mucho gusto verte tan fuerte y repuesta
Inmutable al viento.
Eres esa joya sagrada que no puede ser forjada por nada
Y por nadie. La que más trabajo cuesta pulir
El diamante más profundo.
Pero también la que más luce
Yo soy el viento.
Nunca te enamores
de una nube
Ni de su sombra,
ni de su tiempo
Nunca de su
lluvia, nunca de su sol.
Todas las nubes se
mecen al viento
Más ninguna permanece;
Ninguna se queda.
Las nubes mienten
Con lo suave y
callado de su vuelo
Que te reconforta
con su gracia
Ocultándote de la
majestuosidad del cielo
Mi sangre.
Mi sangre es más lenta
Y más espesa.
Se mueve lentamente
Serpenteando en mi frente
Con sus espinas que bajan
Como si tuvieran vida propia
Mi sangre es árida y café
Chocolatosa, y de chapopote
Mi sangre una vez fluyente,
Ya no dejará de verbos conjugar.
Lamento mucho las horas que pasaste de píe
Las horas bajo el terrible sol
Y los días de lluvia.
No sabía que seguías ahí,
Que me estabas esperando.
No di la vuelta y no volví a mirar el lugar
En donde te había dejado.
Pensé que volverías como tantas veces lo habías hecho
Que mañana al abrir la puerta aparecerías de nuevo
Como si nada hubiera pasado,
Como si yo no hubiera hecho nada.
No sabía que seguías ahí,
Nunca tuve idea después de tantos años
De cuánto tiempo me esperaste
La última vez que nos vimos.
Isabel Pesado fue hija madre
y esposa
Hizo un libro de poemas
con rimas y prosa.
Fue Hija del político
mexicano José Joaquín Pesado
Aunque él fue muy
importante, a ella no le afecto su pasado.
De María de la Luz de la
Llave fue su primera hija
Y ella siempre vio en
Isabel una ilusión fija:
Sabía que Chavelita seria
destacada, y honorable.
Una mujer muy bella y
amable.
Su familia fue importante para
Veracruz en la historia
Ella nació en Orizaba, y ahí
encontraría su gloria.
Ahí es donde conoció al
duque Antonio de Mier y Celis
De quien se enamoró, con él
se casó y fue feliz.
Tuvieron un único y amado hijo,
Pero este murió a los
pocos días de haber nacido
Lo cual de causo llanto y profundo
aflijo,
Más no se detuvo, a pesar
de haberlo perdido.
Ya como familia
construyeron una casa en Tacubaya y otra en Orizaba
Viajaron por Europa, y
Rusia, y vivieron muchos años en París Francia
En 1899 murió Antonio
Mier y Pesado
Y desde entonces ella
todos los días sus oraciones le dedicaba.
En su nombre estableció la Fundación Mier y Pesado,
la cual se financia,
De la fortuna que su
esposo de le había heredado.
Durante su larga
permanencia en el Viejo Mundo,
Escribió un libro sobre
sus experiencias de viaje
y otro de poesía para que a
la memoria de su hijo se perpetúe.
“La mirada de la vieja
patria” Es el titulo rotundo
Que expresa de la obra de
su vida, y su auto-homenaje.
Hoy sus restos descansan, en
la basílica de Guadalupe.
