Lo corto de mis brazos ya no me permite abrazarme
Como cuando se abraza al viento, pero no se abraza nada.
¿Sabías que si abrazas a una nube no te puedes mojar?
¡Te juro que en verdad ya no estoy sintiendo nada!
No importa que tan cargada vaya, ni que tan lejana sea.
La receta no me sale, y yo solo boto todas las cosas como
un suspiro,
pero, por un lado.
O peor aún; las dejo estancadas.
He perdido lo relativo del sabor,
Y ahora solo me queda mascar en coágulos la sangre más
anémica de mi interior.
Ya estoy agotado de luchar contra el dolor,
Tal vez sea que ya no lo alcanzo.
Y a veces pienso que lo mejor podría hacer es ingerir las
instrucciones
Las de Tolle en su libro; “dejadme flotar por lo largo de
la piscina de la vida”
Donde al menos el agua, me ceñiría más de lo que tú lo
harías.