martes, 1 de enero de 2019

Controlar al demonio.

¿En serio crees ser capaz de controlar al demonio?
Me refiero así por llamar a una mujer.
Por aprisionar el fuego entre sus piernas.
¿Crees ser lo suficiente valeroso para dominarla?

Para que no te quede grande la yegua
Y no tengas que pararte de puntillas
Y que la expiración no sean tan larga
Parece mansa pero no lo es.
Parece libre, pero es imposibilidad.

Vuela más arriba que la copa de los árboles
Más allá de donde temes a las alturas.

¿Que pasara una vez que sepa de todos tus males?
Cuando ya no quiera beber de tu brujería
Y los labios de ambos escurran de ansias
Podrás acaso dominar el dormir en la misma cama.
Estar en la orilla del alto peñasco

Es su piel blanca y suave lo que te llama.
Como un pedazo de carne al lobo hambriento
El lobo se vuelve hombre y se vuelve ejemplo
Como un hierro firme que se abrocha la corbata
Se sacude el polvo de los hombros y es admiración.

Los problemas de ese tipo son poca cosa
Para un hombre como yo
Hay que levantarse y dedicarse a luchar.
Con la vista al horizonte y el pecho erguido
La mujer pasa a ser un plano posterior.
Donde mi brillo sea lo que la haga permanecer.
Y yo parezca la montaña más alta y lejana.
Y esa, damas y caballeros:
Es la única forma de dominarla.

No hay comentarios.: