lunes, 24 de octubre de 2022

La risa de Pato

 Me encontraba yo en ese momento de furia

Como tantos que suelen ocurrir

El sol contra mi cara, la desesperación absoluta

Provocada por la incapacidad del movimiento

Y el calor insoportable que nos ha llevado a esto

Sudores sobre sudores, reblandecidos y bañados

Por las nuevas gotas cristalinas que nos hacen

Sacar el enojo de la imposibilidad de la vida.

Y entonces, pude escuchar la risa de Pato.

Quien miraba con los ojos llenos como de esperanza a la derecha

-¿De que se ríe?- Le pregunte.

-De los pajaritos; que ya se van a dormir.

Y por primera vez en mi vida, pude notar la gran cantidad de ellos

Que cada día realizaban el mismo ritual

Donde cada día y cada hora yo había pasado

Sin siquiera notarlo.

Y quede maravillado por la gran cantidad de aves que eran.

Volaban de copa en copa, ramas arriba, y ramas abajo.

Hacían un ruido casi tan fuerte como el del transito

Todos cantaban, mientras buscaban el sitio correcto

Para poder dormir. Pero nadie las notaba.

Pato me hizo mirar, un momento tan maravilloso

Del cual jamás me había dado cuenta.

Hoy en día no recuerdo en donde se encontraban

Esos árboles, y si aún estén habitados por aquellas aves.

No se si eran aves de paso, o ya eran poblaciones de la capital

Soló recuerdo el momento asombroso del desconecte

En el cual olvide el estrés citadino,

y volví a ser niño mirando unos pájaros,

como lo era mí no abuela Pato.

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