lunes, 11 de febrero de 2008

Hace ya de nosotros

Un día volviste, otro día no me buscaste, y esta vez ya no llegaste.
Y yo te sigo esperando, aquí sentado, donde me dejaste,
entre la nada, pero igual que siempre, para ti, como me abandonaste.

Esperando tu espíritu , anhelando tu visita, el llegar de tu alma,
ya no te sueño, tu rostro he olvidado, recuerdo tus besos, y encuentro la calma.
Me abrazo entre tus caricias, destrozo mis memorias al ya no sentir en mi mano tu palma.

Las estrellas ya no son mis amigas, Camino por las noches sin mi luna,
simplemente falta ese pedazo de cielo perdido en la cuna.
Y ahora en cada crepúsculo, de las estrellas, solo me olvide de una.

A donde has ido, como has estado, que tan mal me he portado,
cual fue el pecado que cometí para haberme dejado,
acaso ya me has olvidado?.

Que es de tu nueva vida, de tu nueva luz, que es de cada nuevo amanecer,
de quien es tu noche, que es de cada cosa que por tu felicidad debe ser,
como es aquel pensamiento que ya no es mío, a quien le regalas esos besos que llegaban al atardecer.

A quien le ofreces tus manos, quien llena tus caricias, como vives este momento,
dímelo tu, que yo no puedo, dímelo tu, que no me necesitas, dímelo tu que no has vuelto dímelo tu que yo no miento.
dímelo tu que a tu pan no le falta azúcar, sobrando miel en mi alimento.

Ya me he terminado todo el olvido, en mi no queda nada, solo esta el vació que dejaste,
Y un gran espacio de mi corazón que no ocupaste,
y junto a el, el cierto y vivo amor infinito al que renunciaste.

La puerta esta abierta, esperando tu regreso,
mirando hacia fuera, por dolor de mirar adentro,
evitando cerrarse a la brisa, por que las palabras se las lleva el viento,
y tu y yo solo fuimos palabras que ahora se han vuelto un lo siento.

Y date prisa vida mía que el tiempo nos deja, y abre nuestro libro,
tan solo búscame en ese capitulo que nunca escribo,
toma con una caricia la pluma de tu almohada y ponla en el tintero de mi querer,
para intentar por ultima vez, explicarte lo que no describo.

Y escríbeme el final de cada uno de tus poemas,
cuéntame este momento de paz, y por hoy ya no temas,
y firma con esa magia que tiene tu nombre en todos tus lemas.

Y solo por esta noche olvidemos cada lucha y cada riña,
Y antes de que el sol la noche destiña,
despídete sin decir adiós mi niña...

No hay comentarios.: